domingo, 1 de diciembre de 2013

9M

Si una persona causa una herida emocional a otra... siempre habrá otra persona que pueda curarla. Pero no la misma persona.

El viajero más tonto del mundo


"Érase una vez un viajero muy tonto.
Era tan tonto que cualquiera podía engañarle, y todos los habitantes de la ciudad se aprovechaban de él.
-"Por favor, dinero para medicinas".
A medida que viajaba fue quedándose sin dinero, sin ropa y sin zapatos.
-"Mi hermana está enferma..."
-"No tengo dinero para comprar semillas en el campo..."
Pero el viajero era tan tonto que continuaba regalando sus cosas porque pensaba que sí ayudaba a la gente... emocionado y con los ojos llenos de lágrimas mientras decía que esperaba que así fueran felices.


Al final, se quedó completamente desnudo.
Entonces, el viajero sintió vergüenza
y decidió continuar su viaje a través del bosque.
Esta vez, se tropezó con los ogros que allí habitaban.
Los ogros le enredaron con sus palabras para que les dejara devorar su cuerpo.
El viajero les creyó y fue dándoles partes de su cuerpo poco a poco: una pierna por aquí, un brazo por allá.
Al final, quedó su cabeza...
pero aún así, le dio los ojos a la última de las criaturas.
Mientras el ogro masticaba sus ojos con gusto... le dio las gracias y le dijo que le daría un regalo a cambio.
Pero eso también era mentira.

El regalo era un trozo de papel en que había escrito la palabra "tonto".
Pero al oírle, el viajero se echó a llorar.
-"Gracias, gracias"- le dijo.
-"Es la primera vez que alguien me da algo a cambio. Mil gracias".
Y las lágrimas siguieron brotando a pesar de que ya no tenía ojos.
Y el viajero murió poco después."




Qué maravilloso es perder o sufrir sin preocuparse por ello.
Al peregrino no le preocupaba eso. Incluso si es algo que otros consideran estúpido... no creo que sea una tontería.
Aún cuando es alguien a quien fácilmente se le pueda engañar...