lunes, 30 de noviembre de 2015

Lv.

¿Qué significa dejar a parte a tu ex ? Yo "lo dejé" (digámoslo así porque yo no quería dejarlo) con la mía hace ya más de 2 meses y no soy capaz de "dejarla aparte".

Ahi es donde de verdad se ve el amor.

domingo, 29 de noviembre de 2015

29.11

Para qué querer morir si la muerte es mejor que la vida. Cuando estás muerto, todo se acaba, nada sigue y desaparece todo lo que conocías, pero cuando vives, te enfrentas a situaciones difíciles, tienes que levantarte todos los días y seguir, quieras o no, eso si es morir, morir por dentro. Empiezas a sentir un  vacío por lo que podría ser, lo que fue y lo que podrías estar viviendo. Caminas sin rumbo hacia el final, esperas que todo acabe y no disfrutas de tu vida. Y aún así piensas que te mereces lo peor, que quieres que te pase lo peor que te podría pasar: morir. Pero eso no es para nada tu peor opción, eso sería lo que hundiría a tus amigos, familiares o pareja. Aunque tú no te creas importante siempre habrá personas que no puedan vivir sin ti, aunque sean tus padres. El verdadero reto y fin para nosotros es vivir una vida que no queremos vivir, tener que aguantar, aguantar por los demás mientras tú mueres. Levantarte, ir a clase, comer, tumbarte en la cama a llorar hasta dormir y vuelta a empezar. Todo eso sin que lo noten los demás, intentando dar lo mejor de ti para ellos, con tal de evitar su dolor a costa del tuyo. Empiezas a creer que así es mejor, que es lo correcto, no quieres ver sufrir a nadie mientras tu lloras en soledad. Y aquí el mundo no te lo devuelve, ellos no harán nada por ti, ellos no verán tu sufrimiento. Un buen acto pasa desapercibido, mientras que un mal acto crea el rencor y la desconfianza de por vida. Te esforzarás por todo el mundo, pero ellos no te van a dar la vida. Tienes que seguir, sufriendo, abandonando a gente que amas y haciendo elecciones que te partirán el corazón. Deberíamos vivir la vida como si nada fuera a cambiar, como si nada hiciera daño, siendo buenos con la gente pero no preocuparnos demasiado. Esforzándonos en nuestros sueños pero no lamentando nuestra lentitud o magnificando los obstáculos. Simplemente vivir, vivir y soñar, soñar y seguir viviendo. Dar amor y recibirlo, no pensar tanto y disfrutar. Pero lo que decidimos hacer es seguir viviendo muertos, sin sentir, vacíos, sin reconocer nuestros sentimientos, temiendo nuestros actos y huyendo de la realidad. Y llega un punto en que los muertos no pueden llorar, crees que nada te duele porque no lo demuestra, nadie puede entrar en tu cabeza, es el único lugar seguro, al único al que le dejas entrar en ti, profundizar en tus verdaderos sueños. Pasas a ser un desconocido para ti mismo, has construido una coraza que ha aislado a tu verdadero yo de lo que dejas ver, la portada de alguien vacío. Alguien que ya nunca deja salir sus sentimientos, ni por las noches, porque ya no se relaja ni se pone "blandita". Dejas de llorar y te pierdes, dejas de pensar en lo perdido, en que estás mal, en que estás sufriendo. Pasa el tiempo y lo odias, porque estás perdido. Se crea un trauma en el que para ti no pasa el tiempo, estás anclado a un verano en el que todo cambió y nadie pudo ayudarte, incluso cuando pediste un "haga lo que haga cuando vuelva, no me dejes, ayúdame, porque diga lo que diga, quiero que me salves".