Sufrir, sentir que no puedes hacer nada para que todo vaya bien. Decidir ducharte. Dejar que el agua caiga sobre tu cuerpo dolorido e indefenso. Cerrar el agua. Dejarte caer en la ducha y permanecer asi veinte minutos. Sentir como tu cuerpo se empirza a entumecerse del frio. Llorar. Abrazarte tu misma. Encogerte hasta ser cada vez mas pequeña. Suplicar: “veen.. ven... ven conmigo y sácame de aqui... ponme sobre tu regazo y sécame mientras me acaricias.. como su tuviera cinco años... dime que soy tonta.. que tu me amas, y que harás todo lo posible por demostrarlo... porque yo soy preciosa... y me merezco eso..“ Seguir suplicando algunos minutos más. Esperar. Hablar con tu subconsciente que te grita: “Estúpida, eres una estúpida. No va a venir. Nunca lo hace. Esperas que venga y haga aquello que te gustaría. Pero nunca lo hace. Acéptalo.“ Negarte: ¿Y si sí viene? ¿Y si de verdad me quiere y viene a sacarme de aqui?. Insiste: No va a venir. ¡SUPÉRALO! Quedar destrozada. Asentir. Salir. Sentir que estás muerta.
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